Entrevista con Fred Kelemen

Entrevista al director alemán invitado al 14º Festival Internacional de Cine de Valdivia

Fred Kelemen: “Desde un Principio Comprendí que el Arte del Cine es Arte y No Industria”

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El director alemán Fred Kelemen es uno de los ilustres invitados a la 14º edición del Festival Internacional de Cine de Valdivia que se desarrollará desde el 5 al 10 de octubre en la capital de la nueva Región de Los Ríos.

Este profesional, que se configura como uno de los realizadores más importantes del cine contemporáneo, dio sus primeros pasos en el arte como músico, pintor y actor. A finales de los ochenta se inclina a realizar cine y hoy es considerado como el director que más licencias se da a la hora de trabajar los distintos formatos que la industria del cine posee.

En esta entrevista en exclusiva, Fred Kelemen comparte francamente su estilo de creación, nos brinda su opinión del cine contemporáneo y detalla su responsabilidad como educador, entre otras cosas.

P: Eres conocido como un cineasta multifacético. Escribes, diriges, produces, cuidas la cinematografía y editas. ¿Esta cualidad de camaleón en tu trabajo viene de tu formación como artista gráfico, músico y actor?

FK: Desde un principio comprendí que el arte del cine es arte y no industria, por lo tanto me concentro en el proceso artístico de creación y, como tal, lo entiendo como un todo y una actividad humana completa, no como algo específico, dividido y enajenado como en el proceso industrial de, por ejemplo, la producción de autos.

Una película como obra de arte es primero el sueño de una persona y en el proceso de realización se convierte en la creación de un equipo de gente que en el mejor de los casos, es un grupo armónico de individuos compartiendo este sueño y contribuyendo su mejor destreza, sensibilidad, e inteligencia para hacerlo una realidad. Mi idea de un director de Cine es el ideal anticuado de un artista que es capaz de practicar y controlar todos los aspectos de su arte, para crear una obra en su totalidad. Creo que esto es necesario para tener éxito siendo fiel al arte y manteniéndolo como un acto humano digno.

No admiro al tipo de director exigente y autoritario en el set, que es incapaz de practicar su arte concreto en distintos aspectos y no sabe lo que realmente quiere ni cómo. Él debe saber y entender qué es lo que está comunicando y qué es lo que le exige a su equipo. Él debiera ser capaz de manejar todos los componentes de su máquina y ser capaz de utilizar sus herramientas hábilmente. Como yo no me divido en distintas partes nunca lo hice con el proceso artístico, porque una articulación artística no es diferente de ninguna otra articulación humana.

P: Sorprende en tus films la violencia de los cortes, el uso premeditado de la textura gastada y la inesperada calidad de tus primeros planos, como en el caso de “Nightfall”. ¿Esto tiene relación con tu fascinación por pintar con detalle?

FK: Como todo arte, el arte del cine es una realidad muy concreta. Exige encontrar soluciones a problemas concretos, y es material. Tienes que manejar mucho material cuando filmas una película. Y el material mismo del film es algo con lo que trabajo de manera muy conciente. No importa qué realidad se está filmando, siempre está presente la realidad del material fílmico también. Esto es un aspecto muy importante. Me gusta trabajar, jugar con el material: es un placer sensual y por supuesto que la forma importa. La pregunta formal es una cuestión de contenido. No sólo es importante qué se dice, pero también cómo se dice. El contenido es una cosa, la forma de expresión otra, y ambas están relacionadas como dos distintos aspectos de un mismo organismo.

Es como cuando distintas personas bailan la misma música: la música es la misma para todos cada vez, pero cada persona baila de manera distinta, y eso es lo importante. Básicamente no hay nuevas historias desde las historias más antiguas del mundo, pero son experimentadas una y otra vez por personas distintas en distintos tiempos y con distintos estilos individuales.

P: Desde tus principios, te has dado a conocer por transgredir las reglas estructurales del cine. ¿La causa de tu “rebeldía” es que tu propio sistema de escribir guiones y de editar es más fácil para tí que la exactitud linear dinámica que está presente en el cine comercial contemporáneo?

FK: Nunca he hecho Cine en contra de algo o alguien. Siempre hice cine por algo. Las formas individuales de pensar y sentir buscan maneras individuales de expresión. Todo lo demás es ideología. El cine es un arte tan joven, solo 100 años de edad, lo que es casi nada comparado con las otras artes. El abecedario del cine no ha llegado aún a la Z. Desafortunadamente, la industria capitalista se apoderó muy temprano de este joven arte antes de que pudiera desarrollarse libremente. Hay muchas más posibilidades en este arte que lo aceptado hoy por las tendencias principales del circo del cine. Al final es simplemente un tema de libertad, honestidad, belleza y dignidad de nuestras posibilidades espirituales, para tratar de expandir los limites de la expresión. Todo aquel que ubica una cámara en algún lugar y filma, hace una declaración de cómo imagina que es el arte del cine. ¿Por qué repetir lo mismo una y otra vez? Básicamente una persona creativa no debería ser un conformista.

P: Un tiempo atrás, Raúl Ruiz dijo que las dueñas de casa eran expertas en reconocer la estructura del cine de Hollywood: en la mitad de la película saben quien ganará, quien perderá o morirá. Este estilo de película pre-fabricada es lo que domina los cines de hoy. ¿Cuál es tu opinión sobre este fenómeno?

FK: Creo que es un efecto muy natural que la gente comience a saber y entender lo que acostumbran ver una y otra vez. La pregunta es cuán interesados estamos en experimentar algo diferente y qué tan valientes son los creadores de cine para producir distintas clases de films con distintos lenguajes de cine y ofrecerlos al público. Un film puede ser como un país extranjero o distinto planeta: puede resultar muy interesante abandonar todo prejuicio y conocimiento y, sentarse en la butaca de un cine como en el asiento de un OVNI y viajar por este espacio desconocido que al final nos llevará directamente al centro de nuestra propia existencia.

El conocimiento puede limitarnos, crea confines. No deberíamos descansar cómodos en nuestros ataúdes de sabiduría. Debemos estar vivos y aventurarnos, abrir nuestras mentes y confiar en nuestros corazones y no perder la curiosidad. Esto requiere el valor de los financistas, productores, directores etc. Estoy seguro que al público le interesa lo suficiente para tener nuevas experiencias. Es una ideología terrible decir que el público no es capaz de ver cierto  tipo de cine o que no estaría interesado en éste. De cualquier modo nadie conoce bien a esta mítica criatura de varias cabezas llamada "Público", pero mucha gente cree saber lo que el "público" quiere comer.

P: Como educador de Cine, ¿cómo le enseñas a tus alumnos, futuros cineastas, a balancear lo estructurado y lo experimental en su desarrollo?

FK: Trato de hacer que mis estudiantes sean fuertes, trato que se hagan sensibles a si mismos y al mundo que los rodea. Trato de darles el valor para contar sus historias de manera individual, honesta, sin olvidar que el cine es un lenguaje. Trato de ayudarlos a utilizar las herramientas artísticas con destreza y que tomen el gusto por lo maravilloso que este arte puede ser. Trato de que no sientan temor, todo es por amor.

P: De lo que has visto, ¿cómo se compara el cine chileno al del resto del mundo? ¿En qué género lo catalogarías?

FK: Desafortunadamente hay muy pocas posibilidades de ver cine chileno en Alemania. Se da sólo si un film entra a un festival. Conozco el maravilloso film “La Batalla de Chile” de Patricio Guzmán, pero el cine Chileno contemporáneo es un área desconocida.

Independiente de esto, no creo en el cine nacional, sea chileno, francés, español o húngaro, etcétera. El cine es siempre la expresión de un solo artista. Es un camino solitario y no puede esconderse bajo la identidad nacional. El debate de si un film es chileno, francés o alemán, etcétera, nos conduciría a una ideología anticuada, y provocaría la pregunta de qué es un film no-chileno, no-alemán, no-francés, etcétera.  O incluso si es anti-chileno, anti-alemán, etcétera.

Hoy en día, la comunicación y las fuentes de información están extendidas por todo el mundo. El cine es un lenguaje universal distinto a la literatura, por ejemplo, porque no necesita traducción. El lenguaje básico del cine como arte es la imagen y el paso del tiempo, y su contenido es la existencia humana la cual es universal

 

Entrevista por Equipo Prensa Festival Internacional de Cine de Valdivia, Chile 2007
Traducción de Bettina Bettati

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